Capítulo a medias.

Cobarde. Nueve días para darte cuenta que la culpa no fue mía, que yo hice lo que pude para intentar sacarte de la oscuridad que te robó el alma. Ahora vienes, rogando perdón, dándome la razón, ¿para qué? Que necesidad tienes de volver a mí, si el futuro que tendríamos se predice más negro que tus ojos. Ni te molestes en volver al pasado, confié en ti, ¿sabes? Y yo no confío en nadie. Te dediqué las más selectas de mis palabras, las más hermosas y tú las quemaste, todas y cada una de ellas. Pero ahora vuelves y no, no caeré, no vales la alegría ni la pena. Y cruelmente tienes lo que te mereces, la soledad. 

Es lo único que quieres además de a tus demonios, sí hablo de esos que crean el infierno en el que llevas años acomodada y del cual no quieres salir. Ilusa, imbécil, ciega, que no te das cuenta que esto no son más que palabras y tus demonios no son más que metáforas intangibles en tu cabeza. Si quisieras abrir los ojos... pero no quieres, te limitas a la confortable idea de quejarte y ahogarte en tus propios soliloquios de dramas pasados. Negándote cualquier resquicio de felicidad. ¿No extrañas tu risa? ¿No te das cuenta que cada día que pasa es una nueva oportunidad para seguir adelante? Eres una cobarde, temes olvidar lo que ya no amas, porque el amor y el dolor solo van de la mano cuando invade la soledad. 

Tú, alma en pena, discutes en noches eternas que no hay sentimiento más grande que estar enamorado y de amar, sufrir por ser amado, ¿a caso tendría eso sentido? Sería lógico pensar que un sentimiento como tal, momentáneo, sea capaz de hacernos infelices pero discrepo. No se puede estar eternamente en un estado de ánimo ni tampoco se puede estar siempre enamorado, ni estar amando y siendo amado. Por ello considero que el amor tiene que ser algo más, profundo e inefable, pero nunca funesto.

Te podré perdonar muchas cosas, pero no creo que pueda perdonar este capítulo a medias que me has dejado, chica de tinta. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

A mi yo del futuro

La risa que debe ser amada