Belcebú predilecto
Y te escogí a ti, mi amada poesía, porque eres lo único que no me importa descontrolar. Porque siempre sorprendes a mis manos con versos inventados de amores pasados, o de zapatos gastados. No importa el tema que
elijas, siempre acabas donde las lenguas comienzan a delirar, donde las palabras se desordenan a su antojo, creando pequeños despojos de mi alma. Nacientes verbales se agolpan en mi boca, deseosos de escupir por estos labios una vez más, la insaciante necesidad de enamorar musas imposibles, imaginarias o putas. Rezando al diablo cada noche que me devuelva todos mis pecados no confesos, concupiscentes. Esperando, quizás, que aparezca esa luz que aún no he conocido, que tanto anhelo y desesperadamente ando buscando sin suerte. Quiero pensar, que estas ganas de escribir poesía puta -por infiel, no por vendida- no se me pasarán como si de un triste y sucio hobby se tratase, sino que permanecerán inmanentes a mi alma, a mi oscuridad. Te escogí a ti, mi amada poesía, porque pese a todos mis demonios eres mi Belcebú predilecto y deseo que me atormentes hasta el fin de mis días.
elijas, siempre acabas donde las lenguas comienzan a delirar, donde las palabras se desordenan a su antojo, creando pequeños despojos de mi alma. Nacientes verbales se agolpan en mi boca, deseosos de escupir por estos labios una vez más, la insaciante necesidad de enamorar musas imposibles, imaginarias o putas. Rezando al diablo cada noche que me devuelva todos mis pecados no confesos, concupiscentes. Esperando, quizás, que aparezca esa luz que aún no he conocido, que tanto anhelo y desesperadamente ando buscando sin suerte. Quiero pensar, que estas ganas de escribir poesía puta -por infiel, no por vendida- no se me pasarán como si de un triste y sucio hobby se tratase, sino que permanecerán inmanentes a mi alma, a mi oscuridad. Te escogí a ti, mi amada poesía, porque pese a todos mis demonios eres mi Belcebú predilecto y deseo que me atormentes hasta el fin de mis días.
Comentarios
Publicar un comentario