Y soñarte se convirtió en mi peor pesadilla
Tantos años, meses y noches buscándote, por todos lados. En vano, pues no existes. Hablo de ti, sí, mi pequeña musa, dónde andarás. Quizás también me buscas como yo a ti, tal vez ya te he encontrado y no lo sé. Déjate ver, te necesito. Extraño
el calor de unos brazos al volver a casa. Echo de menos sentir una mirada que me parta el alma como un rayo y me deje estaqueada en mitad de la calle. Ay mi Luna, quiero saber de ti. Todos tus rincones llenos de polvo, todos los cajones con telarañas, quiero saber de ti. De tus viajes, tus amores, tus vidas anteriores y esta, que quiero, compartas conmigo. ¿Por qué te anhelo sin saber aún de ti? Quién sabe donde estarás. A lo mejor, en otro país, en otros mundos que, con mala suerte, quizá no llegue a conocer. Querida Luna, por qué no vienes a mi, llega de una vez. Deseo describir cada milímetro de tu efímero ser, quiero enamorarme también de tus ojos, de tus labios y de tu pelo, seguramente hermosos. También de tus manos, seguro que son pálidas y suaves como alabastro. Deseo vehemente conocerte, sé que estás ahí fuera, yo lo sé. Por eso te he empezado a soñar hace ya un tiempo, te diseño en mi cabeza como una partitura perfecta y melódica. Tengo miedo de no poder encontrarte jamás y vivir en la soledad de tu ausencia. Y fue entonces cuando soñarte se convirtió en mi peor pesadilla.
el calor de unos brazos al volver a casa. Echo de menos sentir una mirada que me parta el alma como un rayo y me deje estaqueada en mitad de la calle. Ay mi Luna, quiero saber de ti. Todos tus rincones llenos de polvo, todos los cajones con telarañas, quiero saber de ti. De tus viajes, tus amores, tus vidas anteriores y esta, que quiero, compartas conmigo. ¿Por qué te anhelo sin saber aún de ti? Quién sabe donde estarás. A lo mejor, en otro país, en otros mundos que, con mala suerte, quizá no llegue a conocer. Querida Luna, por qué no vienes a mi, llega de una vez. Deseo describir cada milímetro de tu efímero ser, quiero enamorarme también de tus ojos, de tus labios y de tu pelo, seguramente hermosos. También de tus manos, seguro que son pálidas y suaves como alabastro. Deseo vehemente conocerte, sé que estás ahí fuera, yo lo sé. Por eso te he empezado a soñar hace ya un tiempo, te diseño en mi cabeza como una partitura perfecta y melódica. Tengo miedo de no poder encontrarte jamás y vivir en la soledad de tu ausencia. Y fue entonces cuando soñarte se convirtió en mi peor pesadilla.
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