Diagnóstico.
Cómo decirlo... No sé cómo empezar... ¿esto ya está escribiendo? Pues bueno, empiezo: Hola, me llamo Neruda y tengo un problema muy serio: Me he enamorado. O al menos esos parecen mis síntomas,
¿alguien tiene la cura? Necesito pasar esta maldita enfermedad ya. No puedo estar enamorada dos veces un mismo año. Aunque no parece pertenecer a la misma cepa vírica. Esta vez no siento ese fervor hacia mi kriptonita, pero sufro las mismas dolencias de corazón en su ausencia y esas jodidas cosquillas cuando me mira y sonríe, o cuando me roza, ahí se hacen muy patentes, maldita sea. Es necesario extirpar con urgencia este bulto del pecho, sí, hablo de esa mierda con memoria que palpita y extiende todos sus sentimientos al resto de mi cuerpo. Por favor, quítemelo, no lo necesito, he aprendido a escribir y a vivir con la cabeza centrada y el puño cerrado. Déjeme ser feliz y arránquemelo. No quiero seguir agonizando con cada muchachita de labios hermosos que entre a mi vida. De verdad le pido que no me obligue a vivir con él más tiempo, me hace falta un respiro, un tiempo muerto, una pausa. Quiero decir, sin sentir ese vacío, esas ansias, esa sed de amor constantemente no correspondido y el dolor tan implacable que esto supone. Le propongo una solución, póngame a cambio, un pequeño reloj, sí. Para que vaya marcando el paso de mis días, para que me dote de paciencia y perseverancia. Para que cuando al fin sus manecillas dejen de girar. Esta poeta enamoradiza pueda al fin, descansar.

¿alguien tiene la cura? Necesito pasar esta maldita enfermedad ya. No puedo estar enamorada dos veces un mismo año. Aunque no parece pertenecer a la misma cepa vírica. Esta vez no siento ese fervor hacia mi kriptonita, pero sufro las mismas dolencias de corazón en su ausencia y esas jodidas cosquillas cuando me mira y sonríe, o cuando me roza, ahí se hacen muy patentes, maldita sea. Es necesario extirpar con urgencia este bulto del pecho, sí, hablo de esa mierda con memoria que palpita y extiende todos sus sentimientos al resto de mi cuerpo. Por favor, quítemelo, no lo necesito, he aprendido a escribir y a vivir con la cabeza centrada y el puño cerrado. Déjeme ser feliz y arránquemelo. No quiero seguir agonizando con cada muchachita de labios hermosos que entre a mi vida. De verdad le pido que no me obligue a vivir con él más tiempo, me hace falta un respiro, un tiempo muerto, una pausa. Quiero decir, sin sentir ese vacío, esas ansias, esa sed de amor constantemente no correspondido y el dolor tan implacable que esto supone. Le propongo una solución, póngame a cambio, un pequeño reloj, sí. Para que vaya marcando el paso de mis días, para que me dote de paciencia y perseverancia. Para que cuando al fin sus manecillas dejen de girar. Esta poeta enamoradiza pueda al fin, descansar.

Comentarios
Publicar un comentario