Juventud divino tesoro
"Esos labios..." La frase más certera de mi vida. Cuando se abren rompen con destreza todas mis expectativas. ¿Qué dirán ahora? ¿Cómo me hipnotizarán esta vez? Suaves. Dulces. Gruesos. Tentadores. Dictadores. Maldigo al creador de
tal perfecta droga. De tal delirante vicio. Yo, que siempre fui defensora de lo profundo y lo interno. Me encuentro ante mi mayor reto, tus labios. No puedo con ellos, son obras de arte expuestas al público. Sin entrada. Inútilmente dominados y dominantes. Los quiero. ¿Y quién no? Si lo único que me despista de tu boca cuando te miro son esas supernovas que llevas por ojos.
tal perfecta droga. De tal delirante vicio. Yo, que siempre fui defensora de lo profundo y lo interno. Me encuentro ante mi mayor reto, tus labios. No puedo con ellos, son obras de arte expuestas al público. Sin entrada. Inútilmente dominados y dominantes. Los quiero. ¿Y quién no? Si lo único que me despista de tu boca cuando te miro son esas supernovas que llevas por ojos.
Porque si algo supera en belleza y deleite a tus labios, niña, esos son tus ojos. Son el bosque en el que me perdería toda la eternidad. Porque como ya dije. Se me para el tiempo en tus ojos. ¿Por qué? No lo sé. Quiero descubrir por qué estás en mi vida ahora. Por qué has aparecido así de improvisto en mis pensamientos. Y por qué no te marchas. Por qué no cruzas la puerta del olvido y me dejas atrás.
Necesito que te vayas. Necesito que te quedes. Necesito no quererte, no repetir mis palabras cuando hablo de ti. Quiero dejar de pensar en ti. Pero las palabras se agolpan en mis manos y salen disparadas hacia receptores no aludidos. Y cuando a ti lleguen, quien sabrá lo que harás. Si, entonces, de mi te alejarás. Si te quedarás como si nada. Rompiendo de nuevo el corazón que ya dolido, no se cansa de ser herido.
"Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer..."
-Rubén Darío.
Comentarios
Publicar un comentario