Memory is cruel
Hoy es uno de esos días en los que desearía no haber despertado. ¿Por qué? Porque hoy, he tenido que ir a hablar con mi ex. Sí, parece todo muy normal hasta que te digo, que este muchacho es el mejor chico del mundo. ¿Y por qué le dejaste?, me preguntarás. Pues porque no era nuestro momento, le quiero pero no soy capaz de enamorarme. No soy capaz de estar junto a la misma persona por el resto de mis días desde ya. No puedo. Va contra mi persona hacer eso. Tengo tantas cosas que experimentar antes de estabilizar mi vida...Tengo tanto en lo que equivocarme primero... Nos hemos hecho mucho daño con esto, que aunque acabamos genial, no quita el dolor. Le quiero, me quiere, pero no es el momento. Ambos lo sabemos, llegamos demasiado pronto a la vida del otro. Solo nos queda madurar para volver a darnos una oportunidad. Tenemos que vivir la vida por separado para luego vivir nuestra vida.
Hoy he ido a su casa para recoger mis últimos recuerdos...Nada más entrar nos dimos el abrazo más largo del mundo y ojalá no le hubiera soltado. Desde el segundo uno que le vi me arrepentí de haberlo dejado. Te prometo que es genial. Le echaba tanto de menos. Pero no puede ser. Lo sabe y lo sé. Y ahora, con el corazón roto, música de Russian Red de fondo y el blog abierto, me pongo a contar de nuevo mi triste vida. Que para variar, relata mi mala suerte en el amor.
La memoria es cruel, te hace rememorar todos esos momentos, felices, dulces, románticos, apasionados, graciosos, locos, aburridos, largos, cortos,... Todos, hasta los que no quieres recordar, te pones a pensar (lo peor que puedes hacer) y empiezas a cuestionarte las cosas. Si habrás actuado bien, si es correcto el camino que has elegido para ti, si mañana volverá a salir el sol... Sin embargo, sabes que pase lo que pase, la vida tiene que continuar, esto solo es una piedra en el camino. Y recuerda que: memory is cruel.
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