La carta I

Recuerdo en estos días aquellas primeras veces en invierno. La primera vez que dije: me he enamorado de ti. La primera vez que te besé y sentí el movimiento del universo dentro de mi. La primera vez que te miré y pensé: es ella. La primera vez que lloré de felicidad de tanto amor que me hacías sentir, de como mi pecho quiso explotar mientras sentía toda tu piel contra mi cuerpo.
Recuerdo, la primera vez que lloramos de dolor, de rabia, de enfado. La primera vez que discutimos y lo arreglamos con un: traigo tabaco...

También me acuerdo de la primera vez que tocaste el ukelele y cuando me contaste toda tu vida amorosa con música de fondo. La primera noche juntas, la primera cena, la primera cita, la primera...

Pero no quiero que seas la primera, quiero que seas la última. La última cosa que piense cuando me voy a dormir, la última persona que me robe el aliento y el corazón, la última persona que provoque este amor incondicional, la ultima a la que diga "Te amo", la última por la que luche por tener a mi lado para siempre aunque suene imposible, la última cara que vea antes de irme de este mundo, la última...

Mi vida, me sobran sentimientos y me faltan palabras para expresar cuanto siento por ti. Todo lo que sueño cada día hacer contigo, lo que me gustaría hacerte, no lo ha escrito jamás la literatura. Lo mucho que te amo y que nos amo, no lo ha vivido nadie. Te prometo por mi propia vida que no eres el amor de mi vida, sino EL AMOR en mi vida. Personificas lo hermoso de las cosas y me haces amarte sin más opción, porque es inevitable sentir amor por ti.


Gracias por ser ella, gracias por hacerme sentir la vida y el amor.

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