Atrévete.

Te di el poder de destruirme en la inmensidad de la libertad. Esa sonrisa cargada me ametralló sin piedad, me dejo en los despojos de letras que soy ahora. Siempre inconexa y desvariante, bésame bajo la lluvia. No te arrepientas de nada y vuelve a repetir tus errores, cáete y vuelve a levantarte, yo te daré la mano. Lo prometo. Canta en la ducha aunque desafines, también de madrugada y despierta a los vecinos. Si se quejan, cómetelos. Míralas a todas y no te quedes con ninguna, porque no son suficiente, haz que se mueran por tenerte. Vuela, muy alto. Tanto que nadie pueda alcanzarte y sin embargo brilla, para que todos sepan hasta donde has llegado sin su ayuda. 

Eres de esas personas que para bien o para  mal, vale la pena encontrar incluso en medio del mar. Haces de cada pequeño momento un gran día a tu lado y al ritmo de tu risa nos amamos sin complejos, sin medida, sin reloj, sin cadenas, solas tu y yo, siempre en segunda persona y siempre te quiero, pero detrás de ti. Porque te amo libre y si no lo eres no podremos ser; quiero que saltes al vacío de mi mano y ya vemos que hacer.

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