De puertas para dentro, porque fuera todo parece bonito.
¿Sabéis? Quizás yo no estoy del todo cuerda, quizás dé mucho más de lo que recibo siempre. Porque considero que si yo tengo que ser infeliz para que otra u otras personas se sientan bien, prefiero ser infeliz el resto de mi vida. Nunca he sido egoísta en ese aspecto. Jamás he prohibido nada a nadie
salvo que se viole mi integridad física y mental. Me atrevería a decir que la única vez que le prohibí algo a alguien fue a mi padre, con un cuchillo en la mano, mientras sujetaba a mi madre del cuello.
No os intento contar mi vida, ni quiero dar pena y mucho menos llamar la atención. Quiero haceros conscientes de que antes de juzgar a alguien, os debéis poner en su piel. No sabéis cuantas veces he visto a una persona rendirse y no poder más, querer dejarlo todo y desaparecer para siempre. Lo veo todos los días. No sabéis como duele ver algo que amas desvanecerse (y no hablo de parejas, eso es muy diferente). Yo que hoy he visto a una amiga romper a llorar mientras contaba como su padre la rechazó cuando era tan solo una cría y como el muy cobarde jamás se atrevió a mirarla a la cara. Yo que he tenido en mis brazos a alguien llorando porque no le encuentra sentido a su vida si no consigue las metas que se propone y no logra ver más allá. Yo que he sentido en mi carne el dolor de una cachetada a mi hermana. Yo que he sido maltratada y maltratadora, víctima e hija de puta. Yo que tenía miedo de mí misma por convertirme en el monstruo que más miedo me daba, me convertí en él y lo maté. Cambié el chip. No quiero que me entendáis, ni si quiera que empaticéis conmigo; solo pido consciencia. No os atreváis a juzgar la vida, el comportamiento, la vestimenta, la moral, la cultura, la NADA. No tenéis derecho a dar vuestra opinión si eso va a perjudicar a otra persona. Vuestro maldito punto de vista vale una mierda si dañáis la integridad de alguien y no lo entendéis.
La libertad es para todos y yo soy tan libre como tú de dar mi opinión siempre y cuando no invada la libertad de otros. La libertad también implica límites, límites morales, respeto hacia el resto. No vivís en cuevas aisladas, tenéis que aprender a respetar, a valorar, a no juzgar. La otra persona puede estar hundida y vuestro comentario puede causar su final. Y lo peor de todo es que no seríais ni siquiera conscientes de eso.
A veces, la vida nos pone en situaciones muy complicadas en las que necesitamos contar con apoyos de nuestros seres queridos y amigos, en los que nos volvemos algo así como dependientes. Hay situaciones que, al contrario, tenemos tanto ímpetu para proteger que nos olvidamos por completo de nosotros mismos, nos damos de lado sin ningún remordimiento y lo damos todo. Tanto que cuando no nos queda nada no tenemos más que a esa persona que nos ha dejado vacíos. Quizás sin intenciones de haberlo hecho, simplemente necesitaba ayuda y se agarró al primer clavo ardiendo que vio. O tal vez no se dio ni cuenta de lo que estaba causando. Lo importante aquí es percatarnos. Desarrollamos unos lazos invisibles que nos hacen creer que como le hemos dado todo a alguien no nos queda nada más, y esto se aleja mucho de la realidad. Yo he sido dependiente muchas veces porque mi instinto protector así me condena, y muchas otras me he abandonado por no dejar solo a alguien si siento que me necesita. Pero con los años y las experiencias (que son pocas) me he dado cuenta de que nunca lo das todo del todo, siempre hay algo. Tu vida, que vale más que nada, tus familiares/amigos/seres queridos con la más mínima relevancia en tu vida, siempre siempre siempre te queda algo, lo prometo.
La gente que amenaza con acabar con su vida como quien dice "buenos días" es muy egoísta. Todos los días se mueren personas que darían todo por tener la vida que vosotros disfrutáis. ¿Cuánta gente no daría días, meses, años de su vida por volver a ver a alguien que ya se marchó? ¿Cuántos de vosotros tenéis una vida tan sumida en la miseria, que os falte de todo, que no podáis seguir más? La vida es un regalo, joder. Que hoy estamos aquí y mañana no lo sabemos. No lo sabéis valorar. A mí, que me han acusado de suicida, os digo: Nunca, jamás, se me ocurriría hacer tal cosa. Si hay la más ínfima posibilidad de mejora seguiré luchando, ya me haya levantado destruida muchas veces, esta no podrá conmigo. Si yo me voy, para mí todo acaba. Pero si hubiese un más allá me estaría retorciendo de ver sufrir a mi madre, a mi hermana, a mis amigos... Y si fuera así estaría toda la puta eternidad arrepintiéndome de no haber valorado la vida que tenía, las personas que me querían, de no haber aprovechado el tiempo que yo tuve y otros, deseándolo, no. Menos aún me suicidaría por alguien. Creo que es el peor castigo que puedes conceder, dejarle a esa persona una carga emocional que jamás superará porque tú no fuiste capaz de superar tu propio dolor. Con esto no digo que todas las personas que hayan sufrido la presión de no poder más con su situación y se hayan suicidado sean malas personas o egoístas. Tendrían sus razones y carencias suficientes como para haber tomado la decisión más permanente que hay (quitarse la vida), y créanme, tienen todo mi respeto. Antes hacía referencia a los que hablan por hablar y a los que no luchan por sí mismos.
Finalmente, solo quiero pedir disculpas a todos los que se hayan sentido ofendidos por esta entrada, es un punto de vista desde mi experiencia y como ya dije jamás diría o haría nada para dañar a alguien. Si estás leyendo esto y te sientes ofendido, lo siento, de todo corazón que lo hago. Espero que a muchos os haga abrir los ojos y no andéis por la vida aplastando al resto. No seáis agujeros negros, siempre dar es más gratificante.
salvo que se viole mi integridad física y mental. Me atrevería a decir que la única vez que le prohibí algo a alguien fue a mi padre, con un cuchillo en la mano, mientras sujetaba a mi madre del cuello.
No os intento contar mi vida, ni quiero dar pena y mucho menos llamar la atención. Quiero haceros conscientes de que antes de juzgar a alguien, os debéis poner en su piel. No sabéis cuantas veces he visto a una persona rendirse y no poder más, querer dejarlo todo y desaparecer para siempre. Lo veo todos los días. No sabéis como duele ver algo que amas desvanecerse (y no hablo de parejas, eso es muy diferente). Yo que hoy he visto a una amiga romper a llorar mientras contaba como su padre la rechazó cuando era tan solo una cría y como el muy cobarde jamás se atrevió a mirarla a la cara. Yo que he tenido en mis brazos a alguien llorando porque no le encuentra sentido a su vida si no consigue las metas que se propone y no logra ver más allá. Yo que he sentido en mi carne el dolor de una cachetada a mi hermana. Yo que he sido maltratada y maltratadora, víctima e hija de puta. Yo que tenía miedo de mí misma por convertirme en el monstruo que más miedo me daba, me convertí en él y lo maté. Cambié el chip. No quiero que me entendáis, ni si quiera que empaticéis conmigo; solo pido consciencia. No os atreváis a juzgar la vida, el comportamiento, la vestimenta, la moral, la cultura, la NADA. No tenéis derecho a dar vuestra opinión si eso va a perjudicar a otra persona. Vuestro maldito punto de vista vale una mierda si dañáis la integridad de alguien y no lo entendéis.
La libertad es para todos y yo soy tan libre como tú de dar mi opinión siempre y cuando no invada la libertad de otros. La libertad también implica límites, límites morales, respeto hacia el resto. No vivís en cuevas aisladas, tenéis que aprender a respetar, a valorar, a no juzgar. La otra persona puede estar hundida y vuestro comentario puede causar su final. Y lo peor de todo es que no seríais ni siquiera conscientes de eso.
A veces, la vida nos pone en situaciones muy complicadas en las que necesitamos contar con apoyos de nuestros seres queridos y amigos, en los que nos volvemos algo así como dependientes. Hay situaciones que, al contrario, tenemos tanto ímpetu para proteger que nos olvidamos por completo de nosotros mismos, nos damos de lado sin ningún remordimiento y lo damos todo. Tanto que cuando no nos queda nada no tenemos más que a esa persona que nos ha dejado vacíos. Quizás sin intenciones de haberlo hecho, simplemente necesitaba ayuda y se agarró al primer clavo ardiendo que vio. O tal vez no se dio ni cuenta de lo que estaba causando. Lo importante aquí es percatarnos. Desarrollamos unos lazos invisibles que nos hacen creer que como le hemos dado todo a alguien no nos queda nada más, y esto se aleja mucho de la realidad. Yo he sido dependiente muchas veces porque mi instinto protector así me condena, y muchas otras me he abandonado por no dejar solo a alguien si siento que me necesita. Pero con los años y las experiencias (que son pocas) me he dado cuenta de que nunca lo das todo del todo, siempre hay algo. Tu vida, que vale más que nada, tus familiares/amigos/seres queridos con la más mínima relevancia en tu vida, siempre siempre siempre te queda algo, lo prometo.
La gente que amenaza con acabar con su vida como quien dice "buenos días" es muy egoísta. Todos los días se mueren personas que darían todo por tener la vida que vosotros disfrutáis. ¿Cuánta gente no daría días, meses, años de su vida por volver a ver a alguien que ya se marchó? ¿Cuántos de vosotros tenéis una vida tan sumida en la miseria, que os falte de todo, que no podáis seguir más? La vida es un regalo, joder. Que hoy estamos aquí y mañana no lo sabemos. No lo sabéis valorar. A mí, que me han acusado de suicida, os digo: Nunca, jamás, se me ocurriría hacer tal cosa. Si hay la más ínfima posibilidad de mejora seguiré luchando, ya me haya levantado destruida muchas veces, esta no podrá conmigo. Si yo me voy, para mí todo acaba. Pero si hubiese un más allá me estaría retorciendo de ver sufrir a mi madre, a mi hermana, a mis amigos... Y si fuera así estaría toda la puta eternidad arrepintiéndome de no haber valorado la vida que tenía, las personas que me querían, de no haber aprovechado el tiempo que yo tuve y otros, deseándolo, no. Menos aún me suicidaría por alguien. Creo que es el peor castigo que puedes conceder, dejarle a esa persona una carga emocional que jamás superará porque tú no fuiste capaz de superar tu propio dolor. Con esto no digo que todas las personas que hayan sufrido la presión de no poder más con su situación y se hayan suicidado sean malas personas o egoístas. Tendrían sus razones y carencias suficientes como para haber tomado la decisión más permanente que hay (quitarse la vida), y créanme, tienen todo mi respeto. Antes hacía referencia a los que hablan por hablar y a los que no luchan por sí mismos.
Finalmente, solo quiero pedir disculpas a todos los que se hayan sentido ofendidos por esta entrada, es un punto de vista desde mi experiencia y como ya dije jamás diría o haría nada para dañar a alguien. Si estás leyendo esto y te sientes ofendido, lo siento, de todo corazón que lo hago. Espero que a muchos os haga abrir los ojos y no andéis por la vida aplastando al resto. No seáis agujeros negros, siempre dar es más gratificante.
Comentarios
Publicar un comentario