"Daría mi vida por ti"

Muchas veces me he enfrentado a la expresión "dar la vida", siendo esta muy común entre jóvenes amantes y no tan jóvenes. Siempre me he preguntado hasta dónde estaría dispuesta a llegar por
quien amo, y si de verdad sería capaz de amar tanto a alguien como para dar mi vida por esa persona sin importarme nada más.


Primero deberíamos establecer unos límites: Qué se considera dar la vida por alguien, porque hay muchas formas. Puedes dar tu vida literal en caso de un accidente en el cual la vida de esa persona está en peligro y ofrecer la tuya a cambio de la suya; eso es lo que la literatura nos ha vendido por los siglos de los siglos, amen (sin tilde). Pero también das la vida cuando inviertes tu tiempo en alguien, cuando le regalas cada momento de felicidad, cuando antepones su bienestar al tuyo, cuando le dejas la libertad de hacerte daño si quisiera, cuando le das el poder de conocerte y saberlo todo de ti. También se da la vida cuando lo dejas todo y asumes la valentía de seguir en soledad, cuando te vas sin reclamar nada de lo dado. Cuando te entregas completamente a una o más personas, les estás dando tu vida, algo que no recuperarás jamás. 

Una vez aclarado las múltiples formas de dar la vida, quiero decir que no me queda vida, no me queda vida que compartir, porque cuando lo das todo, no te queda nada, es obvio. Pero, ¿sabéis qué? Daría hasta la nada que me queda por volver a dárselo todo. He dado mi vida por ella y eso es amor; quien lo probó, lo sabe.

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