El día que entendí que era italiana.



Hace aproximadamente, dos semanas, tuve la suerte de realizar un intercambio al norte de Italia por un proyecto de mi instituto, no fuimos a dar con desconocidos, pues esos chicos ya habían venido de visita a mediados de enero. No era mi primer intercambio, pues soy una chica con mucha suerte como ya dije, y el año pasado tuve la oportunidad de ir al mismo lugar, pero con diferentes compañeros. Pero la sensación que me ha quedado este año ha sido distinta, pues mi compañera resultó ser tan parecida a mi…Que había quien pensaba que éramos hermanas separadas, que cosas tiene la gente.




Si bien es verdad que nuestra relación más que compañeras o amigas, se convirtió en una relación de “sorelle”. Mi hermana, Giulia, fue una excelente anfitriona, su familia fue genial, Mamá Alda concina de maravilla, así que hambre no pasé, su hermana Francesca y su padre también son geniales, la experiencia en familia no pudo ser mejor, me tenían mimada a baci (bombones exquisitos italianos). Por lo general, no escuché ningún comentario negativo de mis compañeros españoles sobre las familias, todos estábamos muy agradecidos.








El primer día, a nuestra llegada al aeropuerto de Malpensa (Milan), la mayoría de nuestros compañeros estaban ahí, tras esa puerta deseando encontrarnos de nuevo, bueno, yo solo recuerdo salir y tener a la dulce Chiara colgada de mi cuello diciéndome emocionada “ti amo, ti amo, ti amo,..” yo me limité a abrazarla muy fuerte, la había echado tanto de menos… Todos nos saludamos uno a uno, creo que la nostalgia era un sentimiento común a todos, seguidamente partimos hacia Borgomanero, donde se encontraba su instituto y donde me esperaba mi querida Giulia.



Después de unos cuarenta minutos de coche, llegamos, no me había bajado del todo cuando la vi, corrí hacia mi amiga y la abracé muy fuerte, la había echado muchísimo de menos, a pesar de que no habíamos dejado de hablar en todo este tiempo. 

Tuve una sensación muy extraña, pues ya había estado allí el año anterior, con otra gente, de ahí como me sentía. Mi primer pensamiento al pisar el colegio fue “Franci…”, Francesca es una de las chicas del intercambio del año pasado, que a pesar de que no fue mi compañera, nos hicimos buenas amigas y desde el pasado intercambio no dejamos de hablar ni un solo día, es una de mis mejores amigas.






Nos recibieron muy cariñosos en el instituto, después de una breve presentación y una cena (un tanto temprana para mi gusto) nos fuimos a dar una vuelta por las calles de Borgomanero, que a esas horas, estaba muerto. Todos volvimos a nuestras respectivas casas, nerviosos, pues no sabíamos en que clase de castillo/mansión nos iba a tocar. Curiosamente, desde la casa de Giulia se ve prácticamente todo el Lago Maggiore, hay unos amaneceres preciosos…






Al día siguiente llegué al instituto muy nerviosa, pues iba a ver por fin a Franci después de más de un año. Cuando la vi llegar…se me paró el tiempo, no me creía que la tuviera delante de nuevo. El día siguió y por la tarde fuimos a mi adorado Milano, como me gusta esa ciudad y como me gustaría vivir en ella. Lo pasamos genial allí, además tuve la oportunidad de conocer a otra chica del intercambio que no había venido a Tenerife, Chiara G. una chica genial la verdad, con ella, Giulia, Valentina y sus respectivas españolas, fuimos a la heladería Tres Gacelas y me regalaron mi AMADO helado de Baci y Flor de Late, lo mejor que he comido en mi vida.



Pasaron los días y fuimos haciendo diferentes actividades, fuimos a unas islas del Lago Magiore, Isola Bella e Isola Pescatori, ambas preciosas. La tarde del jueves la teníamos libre así que los chicos nos organizaron una tarde genial, fuimos al Lago Orta, que estaba cerca de casa de Chiara B. Desde ahí bajamos y dimos un paseo por el borde del lago, sacamos fotos geniales, luego nos comimos otro helado (El mejor helado de fresa del mundo), no me gustan a mi los helados, ni nada. Y subimos al Monte Sacro, que es así como un conjunto de capillas con representaciones de escenas bíblicas, da mucho miedo, pero es bonito. De ahí salimos hacia un partido de futbol que iban a jugar nuestros chicos contra un equipo juvenil oficial de allí. Obviamente no ganaron, pero lo pasamos genial todos. De allí algunos volvimos a Orta a cenar mientras que otros fueron a casa. Esa noche fue genial, el lago se ve precioso desde los embarcaderos…Simplemente inolvidable.



Llegó el fatídico último día, todos con caras largas esperando que no llegase el sábado. Esa tarde la teníamos libre también y yo le pedí a Giulia que me dejara quedar con Franci, fue ahí cuando descubrí que realmente era italiana.

Fui a buscar a Franci al colegio, ella estaba cantando en el coro, pude distinguir su voz entre las demás, cuando salió fuimos en su coche al centro de Borgomanero, a una librería, luego fuimos a por helados (de fresa) y ella me explico su jerarquía de heladerías según los helados de fresa, luego me dijo que tenia que comprar algo y entró en una floristería, cuando salió tenia un ramo de rosas blancas. Me dijo que quería regalarme algo simbólico, como símbolo de nuestra amistad y fue justo ahí cuando me di cuenta de que yo, era italiana.




Caminaba por esas calles y era como si las conociera de toda la vida, escuchar a la gente hablar italiano no se me hacía para nada extraño, es más, lo entendía y cuanto más lo escuchaba más me gustaba y lo comprendía. La sensación de estar allí era la de estar en casa, como si nunca hubiera vivido en Tenerife. No estoy menospreciando mi isla, ni mi país, pero mentiría si digo que me siento española. Toda mi vida he soñado con vivir en Italia, con estar allí y convivir con esa maravillosa gente y su cultura, que me apasiona.




Y ahora que tengo amigas allá, como Francesca, Giulia, Chiara, Nicole o Valentina, tengo muy claro que volveré y si tengo la más mínima oportunidad de vivir allá, aunque sea por un corto periodo, me iré sin pensarlo. Es el sueño de mi vida y este intercambio me ha ayudado a darme cuenta, mi corazón siempre estuvo allí y no aquí, que amo Italia y por eso, soy italiana.


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